Una Raza Única
por Verne R. Albright
Traducción por Gonzalo Pozo
Los Fundadores del Caballo Peruano de Paso se trazaron grandes metas sin importar lo difícil que eran de alcanzar. Ellos buscaban un animal de andar lateral y natural. Un caballo para largos viajes en una época sin carreteras que cruzaran los desiertos inclementes del Perú. Ellos buscaban un andar preciso, de cuatro tiempos igualmente espaciados, un andar que se mantuviera suave y eficiente a una serie de velocidades. Además, insistieron en que estas características se transmitieran genéticamente.
Cuando los autos reemplazaron a los equinos, los caballos peruanos se mantuvieron populares debido a su andar, placentero a la monta y elegante a la vista. En ese momento crítico, el fundador más famoso de la raza, pidió con urgencia a los criadores que se concentraran en “…un caballo de trabajo apto para concursar – y no un caballo de concurso capaz de trabajar.” Para asegurarse que los chalanes (entrenadores) no intervinieran en la función de los caballos por medios artificiales, las reglas de los concursos requerían presentar a los ejemplares sin herrajes.
Los arquitectos de la raza combinaron virtudes que para la mayoría de hombres a caballo son mutuamente excluyentes:
* Suavidad con fortaleza y término (ejecución vistosa del tren anterior).
* Pasos largos de gran avance con una postura de cuello y cabeza erguidos.
* Brío y energía inagotable, con docilidad de manejo y movimiento suelto y armonioso.
El mayor triunfo fue juntar todas estas características sin recurrir a aparatos, trucos, o métodos de entrenamiento que forzasen al caballo a hacer algo que no le es natural. La raza creada, fue luego perfeccionada por personas que en vez de vender sus caballos, los compartían entre si, sin esperar nada a cambio. Ellos consideraban una descortesía cobrar por los servicios de sus potros. Cuando algún amigo cercano mostraba admiración por alguna de sus yeguas, ellos le “regalaban el vientre” para que pudiera cruzarla con su potro favorito y quedarse con la cría.
El logro de estos hombres extraordinarios es un magnífico ejemplo de arte vivo y funcional, una raza única que llama la atención y es tan poco común que llega a ser menor en números que algunas especies en peligro de extinción. Por ejemplo, hay menos Caballos Peruanos de Paso en el mundo que águilas calvas en Alaska.
Para montar un Caballo Peruano de Paso no se requiere esfuerzo. Se experimenta una poderosa sensación de estar flotando suavemente, como en una “alfombra mágica”. El poder y la energía te hacen sentir como un Conquistador Español cabalgando en dirección al Imperio Inca – en un caballo tan majestuoso que parece enviado de los cielos.
No solo se imagine montando uno de estos imponentemente hermosos animales. Llame a un criador y organice una cabalgata de prueba hoy.
Traducción por Gonzalo Pozo
Los Fundadores del Caballo Peruano de Paso se trazaron grandes metas sin importar lo difícil que eran de alcanzar. Ellos buscaban un animal de andar lateral y natural. Un caballo para largos viajes en una época sin carreteras que cruzaran los desiertos inclementes del Perú. Ellos buscaban un andar preciso, de cuatro tiempos igualmente espaciados, un andar que se mantuviera suave y eficiente a una serie de velocidades. Además, insistieron en que estas características se transmitieran genéticamente.

Los arquitectos de la raza combinaron virtudes que para la mayoría de hombres a caballo son mutuamente excluyentes:
* Suavidad con fortaleza y término (ejecución vistosa del tren anterior).
* Pasos largos de gran avance con una postura de cuello y cabeza erguidos.
* Brío y energía inagotable, con docilidad de manejo y movimiento suelto y armonioso.
El mayor triunfo fue juntar todas estas características sin recurrir a aparatos, trucos, o métodos de entrenamiento que forzasen al caballo a hacer algo que no le es natural. La raza creada, fue luego perfeccionada por personas que en vez de vender sus caballos, los compartían entre si, sin esperar nada a cambio. Ellos consideraban una descortesía cobrar por los servicios de sus potros. Cuando algún amigo cercano mostraba admiración por alguna de sus yeguas, ellos le “regalaban el vientre” para que pudiera cruzarla con su potro favorito y quedarse con la cría.
El logro de estos hombres extraordinarios es un magnífico ejemplo de arte vivo y funcional, una raza única que llama la atención y es tan poco común que llega a ser menor en números que algunas especies en peligro de extinción. Por ejemplo, hay menos Caballos Peruanos de Paso en el mundo que águilas calvas en Alaska.
Para montar un Caballo Peruano de Paso no se requiere esfuerzo. Se experimenta una poderosa sensación de estar flotando suavemente, como en una “alfombra mágica”. El poder y la energía te hacen sentir como un Conquistador Español cabalgando en dirección al Imperio Inca – en un caballo tan majestuoso que parece enviado de los cielos.
No solo se imagine montando uno de estos imponentemente hermosos animales. Llame a un criador y organice una cabalgata de prueba hoy.
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Proyecto de Caballos Peruanos Longevos
Nuestra misión: Proveer un listado referencial de Caballos Peruanos de Paso que vivieron 20 años o más
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